martes, 19 de agosto de 2008

ma' que zamba ni que zamba!, aguante la "KUN"bia


Tratándose de un Argentina-Brasil, lo de ayer fue casi una falta de respeto al clásico de los clásicos. Nunca se ha visto un Brasil tan mediocre, sin que lo de Argentina fuese un portento. Una semifinal olímpica ideal para prestigiar al fútbol en el programa olímpico y resulta que fue mucho más interesante el Nigeria-Bélgica que el duelo sudamericano por excelencia, aunque al final llegaran los goles. Suerte del «Kun», martirio brasileño en la reanudación y que le puso el picante necesario al encuentro para que la gente no se durmiera. Poco más que contar.
En China, en donde lo que les gusta es el tenis de mesa, el fútbol se sigue en silencio, salvo murmullo aislado o grito de emoción cuando la toca Ronaldinho, que aquí todavía tiene engañada a la hinchada. De ahí que la primera mitad fuese la más larga de la historia, pese a que durara 45 minutos como todas. Jamás se ha visto algo tan opaco y carente de chicha, y por jugadores no será. Especialmente los argentinos, que se han plantado en la cita olímpica con un sub 23 que bien podría ser el «equipo A». De Brasil mejor ni hablar.
La selección de Dunga, «reforzada» para la causa por un Ronaldinho que casi resta más que suma (cada día se valora más el gol que le ha colado el Barcelona al Milán), es una calamidad en todos los sentidos. No necesitó mucho Argentina para pintarle la cara, sin que fuese necesaria la mejor versión de Messi, irregular ayer en sus contadas apariciones. Dos intuiciones del «Kun», que pasaba por ahí para aprovechar los disparos erráticos de sus compañeros, y un penalti provocado por el mismo Agüero que transformó Riquelme bastaron para que Brasil se fuera colorado a la lucha por el bronce. Para colmo, en pleno estado de ansiedad e histerismo, acabó con nueve por dos patadas a destiempo de Lucas y Thiago Neves. El peor final para un clásico convertido en película de serie B.

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